1 de marzo de 2013

Gracias por enseñarme...

No nos engañemos mujeres vestimos como nos sentimos, vestimos como nos gustaría vernos y que nos viesen, vestimos como queremos que nos envidien. Suena muy feo decirlo pero con cierto amor propio se puede envidiar sanamente a otra mujer. Envidia y sanamente parecen términos contradictorios pero yo, fan de la moda desde que tengo uso de razón he confeccionado mi personal armario observando pequeñas divas que van por la calle, mujeres trabajadoras vestidas con sus mejores prendas con lo que quieren transmitir, yo muchas de las prendas que poseo las he adquirido gracias a lo que me ha transmitido alguna mujer en algún momento dado, algo que yo quería ser, tener y transmitir. Hace unos años cuando aún estaba en la universidad me asignaron una tutora para trabajo de fin de carrera, era una chica joven pero lo suficiente mayor para levantar una admiración en mi. Era experta en historia del arte y su ropa lo reflejaba, trabajaba con la belleza y la seriedad, y su ropa eso transmitía.

Trabajé muchos días junto a ella y algo me hacía sentir incomoda, 
dile presión, envidia o ambas cosas pero mi comportamiento hacía ella era déspota y prepotente.
Ella siempre con sus trajes elegantes pero 
sexys de ejecutiva intelectual y su mejor defensa hacía a mi siempre era una gran sonrisa que era lo que hacía un diseño redondo. Transmitía seriedad pero a la vez serenidad y paz.
Una noche mientras estaba tomando una copa con unos amigos 
escaqueandome por tercera vez de mi cita con la profesoraapareció, ella, en el bar vestida con una mini lápiz de cintura con un jersey ancho dorado, zapatos altos de salón y una pulsera. Estaba tan sencilla pero tan impresionante parecía tan joven... ella me saludo con un simple gesto con la cabeza y una leve sonrisa, se fueFui detrás de ella para poderme disculpar pero ya no la encontré. Una semana después, en mi siguiente tutoría yo ya tenía preparado un discurso de disculpa pero al entrar en el aula vacía vi una nota que ponía, "amas la ropa pero no la respetas, lo que llevas por fuera tiene que ir acorde con lo de dentro, una buena dictadora de moda tiene que ser sincera, amable y sensata, si te fallas a ti misma, fallas a todo lo que te gusta y lo que quieres. Respetate y respeta. Que no te consuma la envidia se lo inteligente que se que eres y utilizarla, aprende de ella. vales mucho pero eres tu quien lo tiene que ver. sinceramente, suerte." Nunca aprendí tanto de moda y de mi mismo como en ese momento. Me designaron otro tutor pero yo redacte el mejor trabajo de moda de mi vida con el título "sanamente coherente contigo mismo".