Tendencias complicadas de compaginar…
Digo tendencias cuando tendría que decir
antiguas costumbres…
Muchos de los que me conocen estarán poniendo el
grito en el cielo cuando lean en mí blog que hablo mal de costumbres, muchas
veces las reivindico, reclamo y exijo que vuelvan, sobretodo viejos valores que
parece que han caducado en el ser humano, como la educación, el respeto, la ética
y la moral. Otros les extrañará por mi juventud que reclame estas cosas pero no
se equivoquen, adoro lo actual, me gusta el progreso y soy gran amante de
aprender cosas nuevas aunque sea viejas para poder crecer como ser, lo que no
me gusta es lo que algunos llaman super innovador, super moderno, super fashion,
la palabra super ya tendría que hacer sospechar, yo lo llamo pasismo, es decir,
a cosas que se pasan tres pueblos.
Me centro, de lo que vengo hablar hoy se centra
en un solo tema que se convierte en muchos, el matrimonio, al acto de la boda, un
evento que queriendo o sin querer se mezcla con la religió porque lo siguiente
pregunta al decir, me caso, es: ¿por la iglesia?
En este tema, me quedan un poco lejos las viejas
costumbre y espero no pecar(nunca mejor dicho) al decir que las veo muy retrogradas.
Yo, mujer crecida en una familia mixta, es decir, padres ateos con abuelos muy
católicos, he tenido la suerte de tener libertad en escoger alguna religión o
ninguna. Desde bien pequeña escogí la última y hoy después de casi tres décadas
me veo ahogada por este tema.
Resulta que ya no importa mi opinión, resulta
que ya no importan mis principios porque para mí se trata de eso, respeto a
quiénes les hace más fuertes sus creencias pero no comparto para nada el
funcionamiento de la misma. Resulta que es más importante lo que quieran los
demás vivir en tu boda(la mayoría ya han tenido una) que lo que quieras vivir tú.
Resulta que me puedo traicionar a mí misma pero no a los demás. De hecho yo
nunca desearía traicionar a nadie simplemente me quiero unir a mi pareja de una
forma legal y a nuestra manera, sin presiones, sin obligaciones, sin
falsedades, sin hipocresías… solo nosotros y los nuestros, sin juzgar a nadie
por lo que crea y deje de creer, en lo que se haga y se deje de hacer… sólo nosotros
y una unión que celebrar.
Parece que de momento todos los SIN quedarán en
standby y nos quedamos nosotros SIN porque tanto plantear e intentar no
decepcionar a nadie, casi decepciono a mí persona.
Tiempo al tiempo pero sobretodo nunca te traiciones
a ti mismo.